El Duelo es un proceso sanador
Es probable que si estás leyendo este blog es porque estás atravesando un duelo por la pérdida de un ser querido.
Puede ser que cómo otras muchísimas personas, estés digiriendo el duelo de manera natural, e integrando la pérdida de una manera saludable.
Pero también cabe la posibilidad de que aún no haya llegado el momento de empezar a remontar el estado de ánimo. Si así lo sientes: no tengas prisa, no te llenes de miedo. Sé paciente, acepta tu dolor. Y ten presente que esto no es fácil, no hay tiempos exactos, pero un día, dentro de algún tiempo, habrás aprendido a vivir de nuevo.
Como seguramente ya sabes, el camino de las lágrimas es largo y abrupto.

Sin embargo, hoy quiero recordarte que en todo este recorrido hay algunas cosas positivas que cuesta muchísimo ver, pero en las que es importante hacer hincapié:
Se trata de un camino de no retorno.
Un camino cuesta arriba, oscuro y más sombrío que luminoso, pero siempre hacia adelante. A medida que lo atraviesas alcanzas una sabiduría imborrable y de proporciones eternas. Pues aprendes en cada paso que al amar nos exponemos siempre a la pérdida. Y eso duele.
Al seguir andando, vemos que el dolor mengua y lentamente se va fundiendo en la oscuridad; sin embargo, el amor es infinito, y se abre camino llenándonos de luz pese a que ya no podamos sellarlo con abrazos.
El camino del duelo es una fuente infinita de resiliencia.
Cuando llegues al final tendrás nuevas y enormes cicatrices que habrán cambiado tu yo profundo para siempre. Habrás aprendido a convivir con lo invisible y a amar en la ausencia. A aceptar la vida como viene. A mirar a los demás y a ti mismo con compasión.
Te aseguro algo: este camino de dolor solo se recorre con y por amor.
Camina. Sigue hacía adelante. No estás solo. Mucha fuerza.